Papúa (Capítulo 11)

<<Has vivido una vida distinta, y has conocido un mundo distinto. Los amores y dolores por los que has pasado, son las marcas que te han traído hasta aquí; y también son el amuleto para poder cambiar los trazos del tiempo. El mundo es un poco diferente, si lo observamos desde donde estamos. Piensa que el tiempo es el collar que tienes, y que puedes recorrerlo de un extremo a otro, pero no puedes modificarlo. Puedes saber que sucedió cuando estabas en Nueva Delhi, al comienzo del collar, que está pasando en Bougainville en el medio, y que son esas aldeas incendiadas, unas cuentas más arriba, sin llegar al final. Piensa que puedes, desde aquí, desde este momento onírico, controlar los sucesos pasados y futuros, como si tan solo se tratara de canicas mágicas. Nuestros ancestros lograron que esto sucediera, y nos dijeron que un día aparecería una persona que nos vería a través de los sueños, y esa persona, no sólo salvaría la aldea del desastre, sería también el bálsamo de las tempestades, de los cientos de pueblos del mundo. No es preciso que hoy entiendas todo, esto llevará un largo proceso, y aprender a soñar será algo necesario. Voy a estar cuidándote en cada paso nuevo, pero desde esta escena inmaterial, que muchas personas no le llaman vida, pero que tú aprenderás que si es una continuidad>> Después de esas palabras, Atwei desapareció en el horizonte del nuevo paisaje papú que observaba. Mientras veía la distancia, me senté en la vegetación; no me encontraba triste, solo estaba asimilando todo.

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