Entradas

El porvenir

Imagen
  Necesito volver, regresar al lugar lejano, acercarme. Necesito dejar de pertenecer aquí por un momento, olvidarme, volverme cosmos, oasis, aparecer en el lapso del segundo en Libra , en Sagitario , en las estrellas. Necesito viajar pronto, y no percibir que la lejanía fue un fracaso. Necesito volverme escudo, sentimiento, dolor, tristeza. Necesito esperarme, detenerme, fugarme, permitirme. Necesito ser un alma, miles, todas; ser el cielo, la vida, el anhelo. Necesito volverme miedo, comprensión, extensión del pensamiento. Necesito abarcarme, exponerme, llorar en la totalidad, ser el comienzo de lo viejo, el eclipse de la pena en lo intangible. Necesito fundirme en la pleamar del alma. Necesito entender cómo funciona, cómo sucede, cómo transcurre, como se hereda, cómo se disuelve la gramínea en el todo. Necesito hacerlo, para por fin, poder volver. Y si acaso no pudiera hacerlo, porque el viaje es eterno, inconstante y aterrador, entonces necesito cambiar, mudar de piel y encontrarme

Alpinismo

Imagen
<<No es tarde para practicar alpinismo>> pensó, y continuó la travesía sin pensar a donde iría. Tailandia era algo lejano tal vez; quizá Sri Lanka , quizá Dakar . Cualquier lugar estaría bien para practicar, a pesar de que en algunos sitios no hubiera montañas. Después de tanto viajar y tanto aprender, sintió que todo estaba al alcance de sus manos. No necesitaba cuerdas para amarrarse a las alturas, ni arneses que lo sujetaran suficiente, podía treparse sin hacerlo, venciendo el miedo, a la distancia. Estuvo más de doce horas caminando, intentando alcanzar la cima, y su desesperación por lograr el objetivo, le hizo pensar que todo parecía en vano. Sin embargo, continuó elevándose, mientras el amplio manglar se imponía a su alrededor. Quien sabe cuánto tiempo más estuvo allí trepándose a las alturas, mientras el sol se ocultaba lentamente en el horizonte. Dejóse, entonces, atrapar por la idea de que Tailandia era lo mejor que había visto en su vida. Cerró los ojos, y recu

La edad de piedra

Imagen
El primer viaje lo llevó directamente a algún punto cerca de Kakapel , en la actual Kenia ; hace dos millones de años atrás, en una zona tropical con abundante vegetación. No podía precisar claramente dónde se encontraba, y más aún, le era completamente extraño comprender lo que había sucedido. No era un viaje astral, y no había sido una lectura del alma, había viajado en el tiempo, y no era la primera vez que ocurría. Se repuso, y comenzó a recorrer el lugar. A medida que avanzaba, la vegetación era más densa y le costaba caminar entre la espesa maleza que estaba a sus costados. Entre la espesa hierba, encontró un utensilio de piedra filoso, lo tomó y comenzó a cortarlas para poder avanzar. Luego de varias horas, llegó a un sitio con escasa flora, donde pudo divisar a la lejanía, una comunidad que se agrupaba alrededor de una hoguera. Mientras se acercaba miró al cielo, y ya empezaba a oscurecer. Se encontraba completamente desnudo, apenas pudo taparse con unas pieles que encontró ent

Pensamiento circular

Imagen
  Pensó en tres cosas: un viaje a la isla de Marajó , el hombre qué hacia un ruido extraño, el país de Andorra . Que lejos está Belém do Pará , no deja de hacer ese ruido, ¿por qué le llaman Andorra? El hombre parece africano, ¿por qué el país es tan chico? ¿Cuánto estarán los pasajes? El viaje en barco a la isla, el sabor açaí , el hombre de tez morena, la barbilla color café, las noches entre luna y Belém . La tierra cubierta de arena, el hombre parece no importarle los hombres que pasan, Andorra queda lejos, el escaso tiempo para viajar. Las montañas, el viaje, los pasajes de avión, Amazonas, el río que está detrás del hombre, pinturas de Andorra, el nombre de dos andorranos famosos, los hombres que compran, el hombre que hace el ruido, la voz que dice embarquemos, comprar el paquete turístico, viajar, volver, llegar, las luces de Andorra. El hombre es de Argelia , el ruido del barco, los campos de la isla, se escucha decir Andorra, el hombre soy yo, Marajó está cerca.

El mar

Imagen
Había estado dos veces en Colombia, pero aquella segunda vez conoció el mar. Le parecía asombroso: todas las dunas, toda la arena, toda la inmensidad. Cada marea que llegaba a la orilla y cada espuma que se formaba, le parecía única. Es difícil escribir sobre la sensación de placer, pero en ese momento podía conjugar períodos de plenitud y satisfacción tales, que inoculaban cualquier viralidad exterior. Pretendo aquí hacer una breve mención a las rocas que estaban dispersas por la arena, ya que en breves líneas más pueden ser de utilidad para el lector. Dejó a merced, desde luego, cualquier escenario topográfico imaginable, para no acotar los límites de alcance de la mente. Sintióse entonces, en una isla, como si hubiese podido salir del continente y dejar que la corriente la llevase en balsas de madera, sin el pesar de oleadas tempestuosas y con el ánimo de mares que se vuelven ríos. Sintióse así, el mar, el extenso mar. Dejó, en ese instante, de pensar en las vanaglorias, en los in

Una vida en Luanda

Imagen
  Podría haber elegido más tiempo, quizá otro lugar, tal vez haber pensado en algo más lejos, pero decidí Luanda , donde comenzó todo. Parece que fue solo un momento en el tiempo, y eso es verdad, pero por nuestra concepción efímera del tiempo; pensamos que todo es eterno en aquello que llamamos vida, cómo también, nuestra idea de vivir. Pero desde aquí, viendo el tiempo de otro modo, vida es solo un momento, una finitud de lo infinito que hay detrás. Desde aquí Luanda ha sido un lapso, un pequeño fragmento de tiempo que quedará en el inconsciente, junto a la sensación de haber disfrutado el presente en varios de ellos, y de haber aprendido en tantos otros. Luanda fue una muy buena elección, vista desde este momento de eternidad. Hay quienes eligieron Suva , o Torw en algún lugar del cosmos no explorado, y dicen que son hermosos lugares, con imágenes sensoriales que perduran por años. No tengo registros fotográficos de ciudades anteriores, solo conservo algunas imágenes difusas, que s

Papúa (Capítulo 12)

Imagen
Volví a cerrar los ojos, y el sueño pareció eterno, y vi más de lo que podía percibir. Sentí toda la isla vibrando en mi cuerpo, los ríos, las llamas, la aldea, los verdes y grises, el margen del mar destellando la arena. Vi demasiadas imágenes sucederse, como si toda la memoria de los siglos me atravesara los ojos. Me vi en Nueva Delhi , en el Ganges , en Port Moresby . Me vi en la escuela, de niño, jugando con aquella niña, preguntándole su nombre. Pude ver toda su historia, desde que salió de Nueva Delhi hasta que llegó a Bougainville : era Mawi. Intenté despertar y fue imposible, las imágenes continuaban sucediéndose como una cascada infinita. Me vi aprendiendo hiri motu en algún lugar de India ; vi las aldeas, como inició el fuego, vi las cuentas del collar brillando. Después de tanto viaje, regresé; después de tanto, volví a ser quien fui siempre. En ese momento, abrí los ojos, el ritual de Mawi había terminado, y me observaba como si durante mucho tiempo no había podido despert