Campos
<<Algún día estás hectáreas van a valer fortuna>> pensó y detuvo el auto en el próximo cruce, jamás volvería a pasar por esos lugares. Luego concretó la venta de las tierras, dejó todo en manos del escribano y partió rumbo al vuelo programado. Quizás, hubiese sido más prudente pensar en otras cosas, y en otros caminos, inclusive en las causales de aquellos efectos. Pero nada de eso estaba en sus planes, por lo menos, no en los de aquel momento, y por omisión de sentimientos, tampoco en el futuro cercano. Lo más importante, era hacer lo que su mente proponía en ese instante, lo demás, lo haría luego. Y algún día, después de su visión de las cosas repetidas, después de comprender hechos a distancia, después de sus argumentos propios y ajenos, volvería a su ciudad y pensaría en aquellas hectáreas verdes. Pensaría solo la frase conveniente, y todo lo demás, lo vertería en el ambiguo eslabón del pesar, para avivar más el fuego del desasosiego.
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