Proclama

Los resultados son nuestros. Las pasiones, desmedidas. La algarabía, cada elemento que calma el pesar, los recodos de un mundo feliz, el eclipsar de la penumbra, lo verosímil, todo es nuestro, y te pido que no intentes apropiarte de algo que no es tuyo, que no está en tus opciones, que no quieres conseguir para virar lo sombrío; que, si así fuese, te lo regalo, mis manos son tus manos. Pero ya lo he intentado, y ahora pareciera que algo lo hace más difícil, que alguna cosa intenta todo el tiempo interponerse, para que no coincidamos. Por eso, cuidado, las máscaras se van, no son para siempre. El espectáculo culminará, y la realidad mostrará tu esencia, no habrá disfraces que te oculten de vos mismo. Y allí, es donde el derredor cobrará vida en tu piel, y nuevamente querrás que todo aquello te pertenezca, querrás que sea tu manto para continuar, aferrándote a pergaminos del odio, a pancartas de la grandilocuencia, y a elementos que pregonan lo inadmisible; si tan solo pudiéramos entendernos sin desvaríos.
Quizás, un grupo de elementos activos tentará la suerte, evitando que triunfemos. Sin embargo, ya hemos vencido antes de ganar, y mañana, el tiempo será quien hable, mientras luchamos por cambiar el porvenir.

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