Papúa (Capítulo 10)

Vuelvo a abrir los ojos nuevamente y veo una selva inmensa que me cubre, Mawi no está y comienzo a gritar su nombre desesperado intentando saber que sucedió. Empiezo a correr por el lugar tratando de buscar la costa, y no hay posibilidad de salir. Cada paso que doy hacia cualquier dirección me trae otra vez al mismo sitio. Grito cada vez más fuerte hacia todos los lugares posibles, pero nada sucede. Me observo, y veo que continúo teniendo los collares. Toco mi cabeza y siento un inmenso crisol de plumas que no logro quitarme, y que tampoco deseo hacerlo. Me hace bien, siento una protección gigante con él. Abro y cierro los ojos intentando salir del sueño, pero nada sucede. Me siento y empiezo a calmarme. Vuelvo a cerrar los ojos. Cuando los abro, el paisaje ha cambiado, estoy en otro lugar de Papúa, sé que ya lo he visto antes, lo recuerdo. A lo lejos veo a Mawi sonriendo, pero sé que no puedo tocarla ni ir hasta ella; comprendo que es una imagen que está hablándome y diciéndome que todo está en calma. En ese instante, Atwei aparece y me dice: <<El ritual ha funcionado, necesito hablarte>>

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