Te extraño Caribe


Te extraño Caribe. Extraño tus playas, tus olas, tu arena. Tu manto, tu estrella, las tardes. El sol de naciente, el poniente en la costa, la voz de las aves. Te extraño entre sueños, entre miedos, en mis derrotas. Te extraño mientras te olvido, mientras te anhelo, después de perderme en las nuevas ciudades. Te extraño entre la costa gris de este asfalto hirviendo, mientras la humedad come mis huesos y mis tristezas. Te extraño entre vacaciones, canciones, gaitas y comidas. Te extraño cuando veo otra arena, otro cielo, otra vida. Te extraño dejando de ser yo para ser otra persona, en otro mundo, viviendo otra vida, solo porque a alguien se le ocurrió desdecir el todo, agotar lo humano y transmutar lo accesible. Te extraño mientras conduzco un auto, mientras atiendo gente, mientras vuelvo en el metro. También mientras escribo un texto, mientras veo las redes, mientras lloro junto a mis amigos, y junto a mi familia en la distancia. Te extraño tanto, que extrañar es causa y es efecto, y es casi inevitable, porque a cada paso y en cada persona que me encuentro, está viva tu naturaleza, tu anatomía, tu sentimiento. Y vivirá por siempre en mí, hasta el día de regreso, en aquel avión, hasta aquella costa, en aquella playa.

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