El mundo invisible
En mi vida anterior me llamé Djubir. En la vida anterior a esa, era Melwok. Tres vidas más atrás, mi nombre era Amuk, y viví en las tierras esquimales de Groenlandia.
Mi nombre actual es Bernard Ambard, soy francés, naturalizado español, y vivo a dos calles de la plaza principal de Ciudad del Cabo. Llegue aquí, tres días después del accidente. Aquel día, presentí que no debía viajar en tren. Había soñado con mi cuarta vida anterior: Philippe, un campesino de Francia del siglo XVII. En el sueño, veía las montañas de los Pirineos, observaba el cielo, y de repente regresaba la vista a las montañas. Luego, cerraba los ojos y una voz me hablaba de una inmensa ciudad, atiborrada de gente. De repente, el azul del cielo era gris, y los paisajes eran rieles en llamas. Desperté, y llamé al trabajo diciendo que no iba a poder ir por problemas de salud. Dos horas más tarde, la noticia del incidente inundó los noticieros.
Tal vez Melwok y Djubir también lo sabían, sin embargo, Philippe apareció en mis sueños aquel día, para enviarme las señales del mundo invisible.
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