Alquimia
Los sortilegios son una especie de ausencia absurda, en este mar de partículas que es la necesidad. Me esmero en decir que los ínfimos átomos son apenas el existir de nuevas promesas, nuevos desencantos del azahar. Búsquedas imprecisas, estilos casi inocuos, pírganos en la lucidez del ánima. No sé para qué continuamos con la clepsidra oblicua de la instancia, si apenas se deduce el comenzar, la opción transgrede a la esencia, y el átomo se desvanece lentamente, y ocurre el suceso ambiguo y excelso. No se para que continuamos en la misión complaciente de redimir, si al final, la sustancia abandona el estado y contempla la sucesión de secretos. Apenas se vea desprovista de instantes, la sustancia dejará de complacer a la esencia, y vendrá el mágico suceder de instantes que transforman. Esa es la coloratura de estas páginas, esa mágica imprecisión de la alquimia.

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