Ausencia
No quedan rastros de
lo que fue, todo se perdió en el instante mismo en que partimos. No queda más nada,
ni preguntas, ni sismos, ni aventuras. Ni siquiera el sutil respirar del
presente. Nada estaba escrito, pero nada estaba donde debía estar. No queda ni
el rastro antiguo de la hoja de papel sobre las risas, ni el relajante momento
que nos dimos. No queda nada, ni nosotros en la superficie. No queda ni el
secreto que partió con nuestros labios, ni la generosidad del encuentro. No
queda nada, solo vacío, desamor y más vacío. Apenas dos desconocidos, dos
amantes, dos extraños. Mas bien, no ha quedado nada desde que el ayer se volvió
ausente, y nos olvidó, entre fotos, recuerdo y adiós.

Comentarios
Publicar un comentario